Reportaje: David Beckham durante el rodaje de la campaña, a las órdenes de Guy Ritchie, en Los Ángeles
10/03/2013
Nunca pensé en el dinero ni en la fama. Ni me interesaban cuando empecé, ni me interesan ahora. Nada de eso me excita», asegura David Beckham. Curiosamente, él despierta el efecto contrario en los demás. Si su campaña para Emporio Armani Underwear desató pasiones (y levantó las ventas de la firma) en 2008, las imágenes de su última colección para H&M son, para algunos, lo que mejor ha pasado en la moda interior masculina desde que Calvin Klein imprimió su nombre en las bandas elásticas. Deseado y envidiado a partes iguales, el que muchos consideran un producto del famoso equipo de aquel Manchester United de 1992 es hoy una precisa máquina de facturar dinero. Instalado de nuevo en Europa (tras su aventura en Los Ángeles), debutó a finales de febrero con el Paris Saint-Germain; y ya ha vendido más de 150.000 camisetas con el número 32 (lo que se traduce en unos ingresos para su nuevo equipo de 16 millones y medio de euros). Demostrado: Beckham es una marca muy rentable.
En agosto H&M promocionó su primera campaña con una estatua imponente del futbolista frente al edificio Flatiron de Nueva York, y otras nueve de más de tres metros repartidas por la Gran Manzana, Los Ángeles y San Francisco. Desde febrero, carteles gigantescos de Beckham vestido con prendas de su segunda línea de ropa interior para la cadena sueca empapelan autobuses y vallas publicitarias de medio planeta.
¿Qué siente al ver un edificio forrado con su torso desnudo? ¿Todavía se sonroja al pasar por delante o ya es algo normal para usted?
No. Lo confieso: es algo a lo que nunca podré acostumbrarme. Todavía me impresiona, sobre todo cuando paso por delante de una valla publicitaria que no tengo fichada. Por suerte, trabajo con los mejores fotógrafos del mundo y ellos se aseguran de que el resultado sea el mejor. Estoy deseando ver la nueva campaña que rodamos con Guy Ritchie en Los Ángeles. ¡Nos divertimos muchísimo!
«Me llamo LOGOfeld», dijo Karl Lagerfeld en 2011. Su nombre (y el de su familia), Beckham, también se ha convertido en una marca global.
Digamos que tengo mucho cuidado a la hora de elegir qué proyectos quiero firmar con mi nombre.
Su mujer es, desde hace varias temporadas, una diseñadora respetada en la industria de la moda.
Ha sido increíble ver la trayectoria de Victoria y ser testigo del éxito asombroso que ha conseguido con su colección. Para mí es un orgullo asistir a sus desfiles en Nueva York y ver la reacción de la industria.
¿Le pide algún consejo a la hora de diseñar?
Le muestro mis ideas y sí, tengo en cuenta su opinión.