Tecnología

Rolex Yacht-Master 42, para ganadores de regatas

Oro blanco, un movimiento mecánico automático de nueva generación y el ultra cómodo brazalete Oysterflex. El rey del mar Yacht-Master 42 crece en cualidades y tamaño.

La historia de Rolex se ha escrito en las más arriesgadas singladuras marítimas. Su unión con la vela se remonta a la época de 1950, un tiempo de navegantes aventureros, rutas inexploradas y hazañas inéditas donde el desafío estaba reservado para unos pocos valientes, en solitario. Pensemos en aquella época ausente de GPS y los instrumentos modernos de navegación. Cuando la supervivencia dependía en gran parte de los cronómetros de a bordo. Un capitán necesita conocer la hora exacta para calcular la longitud, coordenada que, combinada con la altitud, le facilita la posición de su embarcación sobre el globo terrestre. Hans Wilsdorf, el fundador de Rolex, tuvo claro que el reloj de pulsera (hasta entonces, los relojes de gran formato eran los únicos eficaces para alta mar), representaba el futuro de la relojería.

Adaptable. El brazalete Oysterflex dispone de unos cojines laterales que estabilizan el reloj en la muñeca. Gracias a las muescas de su contorno, que ofrecen un excelente agarre, el bisel puede manipularse cómodamente. La corona está provista de un sistema de triple hermeticidad y de protectores tallados en la carrura.
Adaptable. El brazalete Oysterflex dispone de unos cojines laterales que estabilizan el reloj en la muñeca. Gracias a las muescas de su contorno, que ofrecen un excelente agarre, el bisel puede manipularse cómodamente. La corona está provista de un sistema de triple hermeticidad y de protectores tallados en la carrura.

En 1926 Wilsdorf había patentado la caja Oyster, perfectamente hermética gracias a un sistema de bisel, corona y fondo enroscados. Dicho invento, seguido de la cuerda automática por rotor Perpetual 1931, revolucionó el reloj de pulsera. De esa manera, estos relojes sólidos, fiables y precisos pueden utilizarse como instrumentos en el barco, contribuyendo a cambiar de lugar el cronómetro de a bordo, que pasó del emplazamiento fijo en el interior a la muñeca del capitán. Entre otras gestas de navegantes está la del intrépido escritor francés Bernard Moitessier (1925-1994), que en 1968 recorrió a bordo de su ketch ‘Joshua’37, 455 millas náuticas tras 300 días con su GMT-Master en la muñeca, la navegación en solitario más larga de la historia en términos de distancia. Habrá quien se pregunte por qué ese gran trecho, cuando disputaba una regata de recorrido mucho menor, en la Sunday Times Golden Globe… Sencillamente, cuando dobló el cabo de Buena Esperanza, en lugar de tomar rumbo a Inglaterra (salida y meta de la competición) decidió continuar hasta Tahití «porque soy feliz en el mar». Valiéndose de un tirachinas, lanzó una nota manuscrita hasta un carguero donde explicaba su decisión.

Bernard Moitessier (1925-1994) realizó en 1968 la navegación más larga de la historia en términos de distancia: 37.455 millas náuticas recorridas. Llevaba un Rolex GMT-Master en su muñeca.
Bernard Moitessier (1925-1994) realizó en 1968 la navegación más larga de la historia en términos de distancia: 37.455 millas náuticas recorridas. Llevaba un Rolex GMT-Master en su muñeca.

De esa caja Oyster creada por Wilsdorf se compone el último de la gama Yacht-Master que la manufactura suiza ha lanzado al mercado. Un modelo de diámetro inédito de 42 mm: el Oyster Perpetual Yacht-Master 42. Un precioso cronómetro dotado de un disco Cerachrom en cerámica negra mate que combina con la esfera lacada en negro. Fabricado en oro blanco de 18 quilates (a partir de un bloque macizo), marca la introducción de este metal precioso en un modelo Yacht-Master. Su fondo herméticamente enroscado y su corona Triplock garantizan una absoluta estanqueidad hasta 100 metros. Dispone de lente Cyclops que corona su cristal, realizado en un zafiro prácticamente irrayable.

En su interior, el Yacht-Master 42 equipa el calibre 3235 (primera vez que un Yachy-Master lo lleva), movimiento de nueva generación completamente desarrollado y manufacturado por Rolex. Este movimiento mecánico de cuerda automática dispone de una reserva de marcha de 70 horas. Fabricado en níquel-fósforo, es insensible a los campos magnéticos. Su resistencia a los golpes está garantizada gracias a que el oscilador está montado sobre amortiguadores Paraflex de alto rendimiento.

Detalle del bisel giratorio bidireccional, dotado de un disco Cerachrom en cerámica negra mate.
Detalle del bisel giratorio bidireccional, dotado de un disco Cerachrom en cerámica negra mate.

El brazalete Oysterflex (no confundir con el caucho u otros materiales comunes) es otro de los aciertos. Dispone de unos ‘cojines’ laterales que impiden que el reloj baile sobre la muñeca, sin causar la sensación de ‘correa apretada en exceso’, todo lo contrario. El cierre de seguridad Oysterlock, que previene cualquier apertura involuntaria tiene un sistema de extensión con incrementos de 2,5 mm, lo que garantiza adaptarse a cualquier muñeca.

Como todos los Rolex, cuenta con la certificación de Cronómetro Superlativo, una catalogación de la propia casa suiza más exigente que las normativas oficiales, que garantiza una oscilación diaria de -2/+2 segundos.

Rolex sigue vinculado a la excelencia en la vela, prueba de ello es su estrecha relación desde hace 30 años con el astillero finlandés Nautor’s Swan, que se distingue por sus preciosos y competitivos barcos.

Oyster Perpetual Yacht-Master 42, 27.400 euros.

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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