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A más de un mes de la suspensión de las clases: ¿Qué aprendimos?

 

 

Especialistas y educadores en innovación y transformación escolar, analizan lo que se está haciendo en materia de educación a distancia para garantizar el derecho a la educación de todos los niños, niñas y jóvenes del país; a la vez que opinan sobre lo que se debe mejorar y repensar para salvar el ciclo lectivo 2020.

El pasado domingo 17 de marzo, el Gobierno argentino decidía suspender las clases. Fue así que alumnos, docentes, directivos y familias rápidamente tuvieron que dejar atrás lo planeado para el año escolar 2020, y se dispusieron a improvisar al tiempo que aprender -casi en simultáneo-, nuevas herramientas y métodos para sostener la continuidad del aprendizaje en todos los niveles -inicial, primaria, secundaria, terciario y universitario-. ¿Qué aprendimos?

La tecnología, el desafío de aprender y enseñar desde casa

Sin pensarlo ni esperarlo, 1516 millones de alumnos en el planeta, de los cuales 11,5 millones están en Argentina, tuvieron que continuar su aprendizaje desde casa. ¿Estaban preparados? Claro que no, tampoco sus docentes y/o profesores, y mucho menos la familia que todos los días acompañan –como pueden-, este nuevo formato de escuela.

En este contexto extraordinario, sin antecedentes en la historia de la educación argentina y mundial, la tecnología apareció como el recurso rápidamente más accesible y disponible para la mayoría de los que integran el mundo educativo. Sin ir más lejos, el Gobierno rápidamente lanzó el portal Seguimos Educando, donde se pone a disposición de alumnos y docentes material pedagógico y educativo para los niveles inicial, primario y secundario, de acceso gratuito desde cualquier dispositivo móvil.

El sector privado también se sumó con diferentes plataformas de estudio, que facilitan los canales de comunicación entre los alumnos y los docentes. Javier Minsky, CEO de Virtualmind, comenta: “Diversas plataformas virtuales dedicadas a la educación tomaron la decisión en estos días de poner a disposición sus herramientas y servicios. Aulas colaborativas, campus virtuales y herramientas online propias de algunas instituciones educativas, tomaron un importante protagonismo en este momento de contingencia”. ¿Cuáles son los beneficios de la educación online?, Minsky enumera: “Flexibilidad horaria, comunicación por foro en tiempo real, acceso al material de estudio online, consultas 24×7, uso intuitivo de las herramientas, optimización de los procesos administrativos, amigable con el medio ambiente, material audiovisual y participación de la familia”.

Por su parte, Matías Scovotti, CEO y cofundador de Educabot, agrega: «Creemos que es fundamental en este momento acompañar la educación remota y brindar alternativas para que los chicos sigan aprendiendo desde sus casas. No se trata de igualar el tiempo presencial de la escuela en el formato virtual, sino que podemos promover aprendizajes significativos haciendo uso de recursos y metodologías distintas. Por esa razón, estamos ofreciendo nuestra solución de Aula en casa sin costo para escuelas de los niveles primario y secundario de todo el país”.

 “Hoy en día la tecnología nos permite contar con herramientas para estudiar a distancia que son muy efectivas y simples de usar. Por eso, en el escenario actual ponemos a disposición nuestra solución para que las instituciones educativas continúen con actividades académicas. La misma cuenta con funcionalidades para compartir contenidos, dar clases online y hasta hacer evaluaciones, accediendo desde cualquier dispositivo y asegurando un aspecto fundamental: la privacidad de los datos”, explica Ezequiel Prieto, CEO y cofundador de GoSchool.

La tecnología y la necesidad de un cambio cultural

 

Los adelantos digitales por sí solos no alcanza, la innovación y transformación debe ser mucho más profunda. El coronavirus llevó a redescubrir sobre la marcha nuevas formas de educar, para lo cual hay que cambiar ciertos aspectos. Luciana Alonso, directora de la Alianza que impulsa el modelo Eutopía, un programa educativo de la Vicaría de Educación junto a la Organización de Estados Iberoamericanos, con el apoyo de Fundación Telefónica Movistar y ”La Caixa” Foundation, a través del proyecto ProFuturo, asegura: “Es el momento de interpelar la estructura escolar tradicional y repensar la organización del tiempo, las prácticas pedagógicas y los espacios de producción de conocimiento. No se trata de llevar el formato de aprendizaje presencial a lo virtual, es otro el desafío y la experiencia. El coronavirus está acelerando la necesidad de un cambio cultural en el sistema educativo argentino”.

En la misma línea, Lila Pinto, Directora Ejecutiva del Colegio Tarbut, opina: Pensar la experiencia escolar en tiempos de dislocación personal, familiar, social y mundial generada por el avance de la pandemia, nos exige de superar la creencia de que podemos “switchear” al modo online el escenario escolar para “reproducir la normalidad”. Estos intentos simulan una supuesta y sencilla traslación del encuentro educativo escolar al encuentro educativo virtual. Pero están lejos de lograrlo”. Y agrega: “La única solución perfecta en este escenario es no dejar de construir reflexiva y creativamente maneras de aprender distinto”.

“En este momento de asilamiento se han puesto a disposición de los educadores una gran cantidad de plataformas y recursos educativos en entornos digitales que no sólo nos permiten estar más cerca, sino que además invitan a aprender y enseñar de un modo distinto. Este cambio de soporte de lo analógico a lo digital, de lo presencial a lo virtual, pone en evidencia cómo se han modificado los hábitos culturales de las nuevas generaciones y también cómo estas nuevas costumbres interpelan a los procesos de alfabetización”, afirma Nilda Palacios, Coordinadora de Proyectos Educativos de la Fundación Santillana Argentina.

La tecnología no llega a todos

Los niños y niñas de familias desfavorecidas también tienen dificultades para continuar el aprendizaje a distancia. El abanico de obstáculos es muy amplio: la falta de recursos tecnológicos, la ausencia de ayuda de los padres cuyo nivel educativo es bajo, y los problemas económicos diarios. Aún así, en época de pandemia, muchas asociaciones, fundaciones, centros culturales y la Iglesia, accionaron rápidamente para ayudar y acompañar a las familias de aquellas zonas más desprotegidas y aisladas: escuelas de villas y asentamientos; zonas rurales y de frontera.

La Vicaria Pastoral de Educación de Buenos Aires y Vicaría para la Pastoral en Villas de Emergencia realizan un fuerte trabajo para garantizar la continuidad escolar a distancia de más de 45.000 alumnos. Unos 4.397 estudiantes de jardines, primarias, secundarias y adultos correspondientes a escuelas que funcionan dentro de la Villa 1-11-14, Villa 21-24, Villa 15, Villa Lugano, Soldati, Cildañez, Villa Fraga y bajo Flores, pueden continuar con sus estudios gracias al trabajo y asistencia de la Iglesia.

“Las escuelas parroquiales se caracterizan por cultivar la vida comunitaria, en este sentido los colegios han emprendido diversas acciones que involucran la participación conjunta de padres y docentes, para enfrentar el aislamiento y la cuarentena obligatoria. Acciones orientadas desde garantizar la alimentación de los estudiantes – mediante la entrega diaria de bolsones de alimentos- y procurar la continuidad educativa, a través de diferentes medios de comunicación entre escuela y familia: el uso de grupos de difusión por whatsapp, la impresión de guías de trabajo, la creación de clases por youtube hasta mensajes de audio, que acompañan el relato de cuentos antes de dormir y acompañan los momentos de oración”, relata el Pbro. Pablo Corbillón, Delegado Episcopal de la Vicaría Pastoral de Educación.

En la Argentina, si nos enfocamos en la educación común, el 8 por ciento de los chicos y chicas asiste a escuelas rurales, un poco más de 900 mil alumnos. Según la Lic. Victoria Zorraquín, profesora, investigadora y escritora especializada en Educación, “al docente rural, esta cuarentena no lo sorprende, la continuidad pedagógica la tienen incorporada desde hace años”. Y explica: “En ocasiones, los alumnos deben recorrer grandes distancias, en otras, implementar sistemas de alternancia dado que se dificulta realizar el trayecto diariamente. Los docentes y toda la comunidad suelen estar al servicio del proceso de aprendizaje de estos chicos y chicas, porque de ello también depende el futuro del desarrollo de sus pueblos”.

Zorraquín pone como ejemplo a Mercedes, una maestra de la Escuela 27 del Distrito de Rauch en la Provincia de Buenos Aires, que enseña desde hace más de 20 años en la ruralidad. Cómo hace Mercedes para garantizar la continuidad pedagógica de sus alumnos, no sólo en contexto de pandemia, sino cada vez que se da un temporal o los caminos están anegados.

“Siempre les preparo un cuaderno con actividades para llevar a casa para reforzar todo lo que hayamos visto en la escuela. Esta vez ya tenía el cuaderno listo para cada uno de los 10 alumnos que tengo. Estos materiales son importantes porque ninguno de ellos tiene conectividad y tampoco buena señal de teléfono”, cuenta Mercedes, que representa el trabajo cotidiano de cientos de docentes rurales de todo el país. “Trabajo con dos cuadernos de aprendizaje en paralelo para cada alumno. Cuando pueden me mandan uno y yo les mando el siguiente. Mientras corrijo, analizo y miro como están trabajando en el que me dejaron. Pienso cada actividad y tarea para cada chico, en lo que a él le gusta y le interesa y en lo que él tiene que trabajar”, enfatiza.

A un mes de enseñanza y aprendizaje a distancia, se puede advertir grandes falencias y retrasos estructurales propios del sistema educativo, que preceden a la pandemia. Al mismo tiempo, este período significó una importante prueba de “supervivencia educativa”, la cual se sorteó con cierta hidalguía de todo el ecosistema educativo y su comunidad. El COVID-19 está dando paso al nacimiento de un nuevo modelo educativo: después de la pandemia ni educadores ni estudiantes volverán a pensar en el concepto de escuela tradicional. Todavía queda mucho por aprender, pero la transformación será inevitable. 

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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