Probamos en Montenegro el primer SUV con el que la firma británica busca doblar sus ventas. El F-PACE es un todocamino de hasta 380 CV que no pierde la esencia de la marca del felino.

El desconocimiento es casi total cuando se pregunta por Montenegro, país de nombre tan sugestivo como romántico. Ideal para situar un cómic de Tintín (¿en qué estabas pensando, Hergé?). De lengua oficial serbia, emparentada con el ruso, le pusieron su actual nombre los italianos, pues fue un área clave para el control del Adriático para los venecianos. Antes, en la Edad Media, se le conoció como el Principado de Zeta, denominación también magnífica; no sabemos con cuál quedarnos. En este caso se debe a que cruza el país el río del mismo nombre. De cerca de 14.000 km2, el tamaño aproximado de la provincia de Teruel, hizo frente al Imperio Otomano, cual aldea irreductible, desde el siglo XVI hasta la desintegración de este último. Luego acabó formando parte de la antigua Yugoslavia. En 1991 vio nacer a Nikola Mirotic, el compañero de Pau Gasol en Chicago Bulls y antiguo jugador del Real Madrid de baloncesto. Un año después comenzó la guerra yugoslava, en la que su gobierno se puso del lado de Serbia. Apenas cayó una bomba en su territorio durante el conflicto, pero fueron muchos los hombres que perdieron la vida en el frente; aún se nota en el reparto por sexos de la población.

En fechas recientes, los rusos han querido convertirlo en su meca turística particular bajo el sobrenombre de la perla del Adriático, pero todavía queda mucho para conseguir ese estatus: todo desprende cierto halo de precariedad. Muchos edificios no se acaban a propósito para evitar el impuesto a la construcción. Lo que ya ha conseguido el país es convertirse en «candidato oficial» para ser miembro de la Unión Europea. Así, no hace falta el carnet de identidad para cruzar sus fronteras. ¿Por qué entonces Montenegro para presentar el F-Pace de Jaguar, su flamante SUV (Sport Utility Vehicle)? «Es un país al límite. No había mejor sitio para comprobar su capacidad de adaptarse a todo tipo de terrenos. Lo siguiente era irse a África, y ese ya es un terreno para un 4×4», explica Moi Torrallardona, organizador del evento y socio de Promotor, la escuela oficial de Land Rover en España (junto a Jaguar forman la misma empresa con sede en Solihull, Reino Unido, ambas propiedad desde 2001 del grupo indio Tata). Ganador del último Dakar como copiloto y navegante en la categoría de camiones, este monitor de conducción destaca, entre las peculiaridades de las carreteras, la mala calidad de su asfalto. «Abunda la piedra y está desgastado. Con lluvia parece una pista de patinaje. Hay muchos accidentes. También porque se hacen auténticas locuras adelantando. Además, encuentras baches continuamente y el país tiene una geografía bestial. Las montañas caen literalmente al mar y los caminos siguen su trazado como mejor pueden».

Aventura y confort

Él y su equipo, junto a otras escuelas de la marca, son los mejores especialistas en estas lides. Nadie llega tan lejos. En la presentación del Range Rover Evoke en 2011, metieron el coche por un túnel abandonado, lleno de escombros y medio inundado, que cruzaba por la mitad el centro de Liverpool. Para comprobar la estabilidad del Jaguar XF Familiar Sport Brake, en 2012, introdujeron una nevera llena de carga diversa en el maletero y dejaron que lo condujesen por un circuito de velocidad. En 2013 una flota de Range Rover híbridos surcó la Ruta de la Seda con un recorrido de 16.583 km, atravesando 13 países. Les acompañaba un hospital móvil comandado por un antiguo médico militar. Islandia, el desierto de Marruecos y las pistas de esquí de Courchevel han sido otros de los escenarios donde han puesto a prueba sus vehículos. No obstante, el arranque de esta prueba por tierras montenegrinas empieza con mucha suavidad.

Jaguar es sinónimo de máximo lujo, y salir del hotel Aman Sveti Stefan manda un claro mensaje: aventura, toda, pero sin descuidar un ápice el confort. Ubicado en un peñasco conectado a tierra por un muro de piedra, este es el gran reclamo turístico de Montenegro. No hay guía o folleto que no muestre una foto aérea del islote en portada. Antiguo pueblo de pescadores, el mariscal Tito lo convirtió en un hotel, por donde se dejaron caer desde Sophia Loren hasta Elizabeth Taylor. Él las saludaba desde su mansión, situada justo enfrente y hoy integrada en el complejo hotelero. El aterrizaje de la cadena asiática Aman Resorts en 2007 le ha dado el toque justo de sofisticación bucólica, con sus casas de piedra local y suelos de roble. Aquí es donde ha pasado sus últimas vacaciones la tenista rusa María Sharapova y donde se casó el serbio Novak Djokovic.

En ese puente-istmo, el inglés Wayne Burgess, del equipo de Diseño de la marca del felino, destaca lo que convierte al F-Pace en un Jaguar, pese a que entra en un segmento inexplorado para ellos, muy diferente al tipo de coches al que tienen acostumbrado al mercado. «La presión ha sido grande, porque hemos partido casi de cero», admite. «Para que se reconozca en la carretera pusimos mucho énfasis en el morro, que mantiene el característico enrejado con el emblema centrado. Los faros, que son como los ojos del animal acechando a su presa, conectan también con la estampa clásica de nuestros automóviles. Los detalles gráficos marca de la casa están presentes por todas partes. Las llamativas líneas laterales le dan un aspecto musculoso para resaltar la potencia característica de los Jaguar».

Otro aspecto que le entusiasma de este coche es algo que se saca de él y que deberían tener todos los demás: una pulsera sumergible hasta 20 metros que permite ir a la playa o salir a hacer deporte dejando la llave dentro. «Ya no hay que esconderla detrás de la rueda o en un agujero», comenta Burgess con una sonrisa de satisfacción. Llamada Activity Key, es de caucho, similar a las deportivas ahora tan de moda, y basta acercarla a la J del logo del portón trasero tanto para cerrar como para abrir el F-Pace. De incuestionable utilidad, hay que preguntarse cómo es que no se inventó antes. No resulta tan fácil, claro. Como él mismo explica, «tenía que ser ligera y eso hace que apenas haya espacio para desarrollar su particular mecanismo, que consigue emparejarla con la llave para que el coche se cierre con ella dentro y cambie el código de seguridad cada vez que se usa, a fin de evitar robos».

Conducción divertida

Ya dentro, lo primero que demuestra es ser un tanque, por la sensación de seguridad que desprende, y a su vez deportivo, tanto por la conducción como por la posición del piloto al volante. Este fue, precisamente, otro de los grandes retos: configurar el asiento para conjugar estas dos características. Nacido para ponerse a la altura del Porsche Macan, el BMW X3, el Audi Q5 y el Mercedes GLC, este todocamino se gana el apelativo con las primeras curvas (apenas hay rectas a lo largo de toda la ruta). La montaña que desde la ventana de la habitación del hotel se veía caer sobre el mar la asciende con inusitada suavidad, sin acelerones. Al borde de precipicios incluso anima a adelantar a los camiones montenegrinos. El bajo peso de su arquitectura de aluminio, el preciso cambio automático de ocho velocidades y sus magníficas suspensiones se traducen en una conducción muy divertida, apta para todos los públicos. Todo ha sido muy medido para entrar a competir en un segmento que está dando muchas alegrías a las marcas. Tan es así que Jaguar pretende con este modelo doblar sus ventas y bajar en más de 10 años la edad media de sus clientes.

Donde la firma también ha dado lo mejor de sí misma es en el sistema de entretenimiento e información en carretera, uno de los más avanzados del mercado. Lleva una cámara estereoscópica que permite funcionalidades como el sistema antiatropello con reconocimiento de peatones o el lector de señales. También genera una red wifi a bordo y permite conectar hasta ocho dispositivos a la vez. El preciso funcionamiento de su GPS, cuyas indicaciones son visibles tanto en la gran pantalla del salpicadero como a través de proyecciones de luz frente al volante, hace aún más agradable la excursión del día, pues no hay peligro de perderse por las intrincadas carreteras del país, con sus señales en serbio. Por si acaso, en los puntos más conflictivos un miembro de Jaguar está siempre ahí para avisar del cambio de dirección.

Siguiendo una carretera de montaña cubierta de espeso follaje y flanqueada de robles y hayas, entramos en el Parque Nacional de Lovcen. En una rampa de feroz inclinación se pone a prueba el sistema Adaptive Surface Response (ASR), con tres programas para optimizar la adherencia en cualquier superficie: lluvia y grava, nieve y hielo, y nieve y grava. Activado el primero, el coche sube y baja solo. No hay que tocar el freno ni el acelerador. Cuesta creérselo y actuar en consecuencia pero es así, y el monitor resulta muy persuasivo. Se nota la alianza de Jaguar con Land Rover, que aporta todo lo que sabe en tecnología 4×4. En esto, el F-Pace tiene una evidente ventaja competitiva con sus rivales. De maravilla se agarra a la carretera al descender las 25paellas (curvas en herradura) que conducen a la bahía de Kotor, el mayor fiordo de Europa. Bordeando su litoral alcanzamos la localidad de Perast para detenernos a comer y descansar de tanto trote. Aparcado junto al mar, exhibe su otra cara, la de un elegante vehículo que cautiva desde todos los ángulos.

Ficha técnica

Motor. 6 en V inyección directa 2.995 (versión 3.0 Gasolina 380 CV)Transmisión. Automática de ocho velocidades. Medidas. (largo/ancho/alto): 4.731 /2.175 /1.667 mm. Capacidad del depósito. 63 l. Peso. 1.861 kg. Velocidad máx. 250 km/h. Aceleración de 0-100 km/h. 5,5 s. Precio. Desde 61.600 .

Fuera de Serie: «http://www.expansion.com/fueradeserie/motor/2016/05/09/572b2b39268e3e6d098b468c.html«/>