Salud

Mitos y verdades de la anticoagulación

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Se estima que cerca del 1% de la población está bajo tratamiento anticoagulante oral y es un valor que irá en aumento. Existen una serie de creencias populares cuando una persona está bajo tratamiento anticoagulante.                                          ¿Cuáles son verdad y cuáles son un mito?

 

* Asesoró Dra. Alcira Saldaña, Médica Hematóloga, MN 57101

 

Buenos Aires, mayo de 2015. Los anticoagulantes orales están indicados en la prevención a largo plazo de los episodios tromboembólicos en todas aquellas situaciones clínicas que llevan asociada una alta incidencia de tromboembolismo. Cuando una persona inicia un tratamiento anticoagulante surgen inquietudes sobre qué cambios deberá realizar en sus conductas y estilo de vida. Es cierto que deben tomarse ciertos recaudos para el cuidado de su salud de modo de minimizar posibles riesgos. Sin embargo, existen ciertas creencias falsas referidas a la necesidad de cambios de hábitos que no tienen sustento médico o científico. ¿Cuáles son algunos de estos supuestos y porqué son erróneos?

 

1) El anticoagulante licúa la sangre.

En realidad solo disminuye su capacidad coagulante normal o exagerada. En condiciones normales la sangre solo coagula cuando se produce una herida pero hay situaciones clínicas que pueden facilitar la formación de coágulos (trombos) dentro de la circulación. Esto ocurre en algunas arritmias, en reemplazos de válvulas cardíacas, en reposo prolongado y luego de algunas cirugías, sobre todo traumatológicas y urológicas.

 

2) Una persona anticoagulada tiene prohibido comer ciertos alimentos como por ejemplos verduras crucíferas (coliflor, brócoli) y verdes.

No existen prohibiciones alimentarias por tomar anticoagulantes, sólo las indicadas por otras patologías como dieta sin sal en hipertensos, con poca grasa en hipercolesterolemia. Los pacientes anticoagulados, como cualquier persona, deben tener una alimentación variada, equilibrada y evitar la repetición. Restringir el consumo de ciertos alimentos genera un déficit de nutrientes básicos y crea un impacto negativo en la calidad de vida. Si bien esos alimentos (verduras crucíferas) son ricos en vitamina K y los anticoagulantes actúan por ser antivitamina K es lógico evitar su consumo exagerado pero no eliminarlos.

 

3) No puedo tomar alcohol.

Si no hay contraindicación por otra causa, el paciente anticoagulado puede tomar alcohol (1 vaso de vino o de cerveza por día).

 

4) El paciente anticoagulado no puede operarse ni sacarse una muela.

Todo se puede realizar previa consulta al Hematólogo que le indicará si debe suspender unos días el anticoagulante y cuando retomarlo.

5) No puedo viajar en avión.

El tratamiento anticoagulante no interfiere en los proyectos de viaje. Sería bueno hacer un control previo y acordarse de llevar suficiente medicamento. También es recomendable en viajes de más de 12 horas ya sea en avión, tren, ómnibus, auto no permanecer todo el tiempo sentado e inmóvil sino movilizar las piernas cada tanto, por ejemplo cada dos horas.  Esto vale, en realidad, para todas las personas

6) Un paciente anticoagulado no puede realizar actividad física o deportes.

Realizar algún tipo de ejercicio siempre es recomendado para la salud, a menos que exista una contraindicación médica específica por una situación en particular. En el caso de tomar anticoagulantes, se puede realizar actividades físicas como natación, gimnasia, caminatas, ciclismo de paseo. Están contraindicados los deportes que puedan provocar impactos o golpes: rugby, artes marciales, fútbol, alpinismo, esquí.

 

7) «Compensación de dosis del medicamento»: si me olvido de una toma, en la siguiente tomo doble.

Bajo ninguna circunstancia se debe tomar una dosis doble. Para evitar los olvidos, frecuentes en los tratamientos que implican una medicación diaria y con dosis variables, es aconsejable llevar un calendario donde pueda ir marcando las tomas y, frente a un olvido o error, en su próxima consulta, comentárselo al médico. Pero el paciente no puede tomar decisiones respecto de ajustes de dosis o «compensaciones» frente a un olvido porque pondría en riesgo su óptimo nivel de anticoagulación.

 

8) Sólo se puede hacer el control de RIN a través de un estudio de laboratorio con extracción de sangre venosa. Hoy en día existen dispositivos tecnológicos que funcionan con tiras reactivas que proveen los resultados de manera instantánea a partir del análisis de una sola gota de sangre por lo que ofrecen una alternativa que mejora la calidad de vida de estos pacientes (menos tiempo de espera, menos traslados, extracción de sangre menos invasiva). Adicionalmente el hecho de obtener el resultado con el paciente presente permite al profesional médico una mejora en el manejo del tratamiento y un mejor seguimiento clínico.

9) El día del control el paciente no debe desayunar.

Se puede consumir las comidas de manera cotidiana.  En caso de que se realice el control del RIN de forma venosa, es preferible evitar los alimentos grasos.

10) El tratamiento anticoagulante no impacta en el embarazo.

Es falso. No se pueden tomar anticogulantes orales durante el embarazo ya que pueden provocar malformaciones en el feto. Por eso cuando una embarazada necesita estar anticoagulada se le dan heparinas de bajo peso molecular.

 

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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