Moda

Eileen Ford, el cerebro y el corazón tras las ‘supermodelos’

“Creó un look y creó un estilo. Las mujeres estadounidenses significan mucho para mí. Necesitan mucha ayuda y nunca tienen a quién dirigirse. Yo les ayudo a comprender cómo pueden verse mejor. Y ellas son muy confiadas. Como niñitas perdidas”. A Eileen Ford, la fallecida fundadora de la agencia de supermodelos Ford Models, nunca le faltó confianza en sí misma.
Fue esta seguridad la que le permitió crear un imperio que abrió y dominó durante décadas la industria del modelaje, y que contribuyó también a fijar uno de los ideales de belleza –mujeres altas, delgadas, preferiblemente rubias y de grandes ojos claros– que seguirá prevaleciendo en el mundo de las maniquíes pese la muerte de su impulsora.
Por su agencia pasaron modelos icónicas de ayer y hoy –Lauren Hutton, Cheryl Tiegs, Christie Brinkley, Christy Turlington o Naomi Campbell son sólo algunas– y también actrices que dieron sus primeros pasos en la pasarela, como Brooke Shields, René Russo, Sharon Stone, Candice Bergen, Kim Basinger, Melanie Griffith y hasta Jane Fonda.
Eileen Ford falleció el 9 de julio a los 92 años en un hospital de Nueva Jersey, no demasiado alejada del Nueva York que marcó su vida y su carrera profesional. Una carrera que comenzó a mediados de los años 40 casi de forma casual cuando Eileen, que tenía algo de experiencia en el mundo de la moda, se dio cuenta de lo mal que se trataba a las maniquíes profesionales y empezó a representar a varias modelos amigas suyas.
Su idea de ofrecer condiciones dignas a las modelos, empezando por asegurarse de que se les pagaba oportunamente por su trabajo –hasta entonces tenían que encargarse ellas mismas y a veces no cobraban hasta un año después–, tuvo rápidamente éxito. Había nacido Ford Models, la empresa que dirigiría personalmente junto con su marido Jerry Ford durante décadas y que es considerada hasta hoy un estándar del mundo de la moda.
Porque la agencia Ford no sólo marcó un precedente en cuanto a las condiciones de trabajo de las modelos. La propia Eileen se ocupaba personalmente de muchas de las jovencitas que a menudo seleccionaba de los lugares más insospechados y que llegaban con sus grandes ojos y grandes esperanzas al cosmopolita Nueva York.
“Eileen es la madre de todas las matriarcas”, afirmaba la ex modelo de Ford Nina Griscom a la revista Allure en 2001. “Todas las chicas de Eileen te dirán lo mismo: da igual lo dominantes y vigilantes que fueran sus propias madres, Eileen era peor”.
“Tienen que cenar conmigo, en la mesa, cada noche. No quiero tener jamás que decirle a una madre que no sé dónde está su hija a las dos de la mañana”, corroboraba la propia Ford a la revista Forbes.
Tampoco faltaron las críticas, por supuesto. Eileen Ford tardó años en ceder en sus estrictos estándares de belleza -demasiado nórdica, para muchos- y no se andaba con rodeos a la hora de decirle a una aspirante a modelo que estaba demasiado “gorda” o que no cumplía sus requisitos. La propia Ford recordaba en una entrevista con People en los 80 cómo Jane Fonda la ignoró una vez que le recordó que había sido su agente al comienzo de su carrera.
Pero tras su muerte, la imagen que muchos retendrán es la de “mentora, madre e icono” de la moda, como resumió la agencia Ford tras su deceso.
“Orgullosa de haber conocido a esta inspiradora mujer. Adiós a una empresaria maravillosa, mentora, madre”, se despedía Christy Turlington de Ford en Twitter. “Eileen Ford: mi madre y yo siempre sentiremos eterna gratitud hacia ti y tu familia. Eterno respeto”, coincidió Naomi Campbell.

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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