Turismo

Lisboa de la A a la Z

Es muy difícil hacer una selección de lo imprescindible. Por eso te proponemos un recorrido por todo el abecedario, para que no te pierdas nada. 
Artesanía. La capital portuguesa aún conserva innumerables fachadas cubiertas de azulejos, especialmente en el Barrio Alto, en Chiado e incluso en varias estaciones de metro. En el Museo Nacional del Azulejo, situado en el antiguo convento Madre de Deus, se puede ver su evolución de la mano de la historia del país. También son recomendables sus bordados, mantelerías, toallas, sábanas, colchas…
Belém. No sólo es el nombre del monumento más representativo de la ciudad y símbolo del esplendor portugués, la Torre de Belém, construida en 1515 y que preside majestuosa la desembocadura del río Tajo; también es un delicioso barrio cargado de historia y museos y que alberga el Palacio Presidencial, a orillas del río.
Caldos y calderetas de arroz, cocido a la portuguesa y croquetas de bacalao. Encontrarás una gastronomía deliciosa, desde las sopas hasta el marisco pasando por el bacalao, el pescado estrella, del que hay cientos de recetas. Te recomendamos el bacalhau à brás y el bacalhau com natas. En la imagen interior del restaurante Agua e Sal (en la explanada D. Carlos-Oceanario).
Dulces. Los pastéis de Belém (tortitas de crema) son una de las especialidades de la cocina portuguesa; aunque se comen por todo el país, encontrarás los auténticos en la Fabrica dos Pastéis de Belém (rúa de Belém, 34). Siempre está abarrotada. 
Entorno. En un radio de unos 30 kilómetros se encuentran algunos de los rincones más hermosos del país. Es el caso de Sintra, declarada Patrimonio de la Humanidad y que merece por sí sola una visita; Cascais, principal núcleo turístico de playa, y la señorial Estoril.
Fado. Acaba de ser declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Es la música del alma portuguesa, que cuenta las pequeñas historias de los barrios más humildes. Escuchar su melancólica melodía en las viejas tabernas del centro es una experiencia que se queda grabada en la memoria. En la imagen, escaparáte de una tienda de música consagrada a la fadista Amália Rodrigues.
Gallo. Es el símbolo nacional. Se ha convertido en el souvenir más socorrido; los venden de todos los tamaños, colores y precios.
Horarios. Son muy distintos a los nuestros: si te descuidas, te quedas sin cenar. Los comercios cierran a las 19 h y los restaurantes, a las 22 h.
Iglesias. La cantidad de edificios religiosos distribuidos por el casco histórico es enorme. La iglesia de Santa María la Mayor es la más antigua, y el mausoleo nacional de la Iglesia de Santa Engracia, con su gran cúpula, la más visible.
Jerónimos. El monasterio del siglo XV es, para muchos, la visita más importante. Está decorado con motivos marineros en honor a los conquistadores y en su interior están enterrados el navegante Vasco de Gama, el poeta Luis de Camöes y el escritor Fernando Pessoa. Entrada: 6 €.
Kidzania. Un parque temático infantil imprescindible si viajas con niños de entre 3 y 15 años. Es una ciudad hecha a su medida, con moneda propia y en la que podrán desempeñar más de 60 profesiones. Adultos, 10 €; niños, 18,5 €. En el centro comercial Dolce Vita Tejo.
Literatura. Adéntrate en Chiado para conocer a los grandes escritores lusos. Es el barrio literario, intelectual y artístico por excelencia. Plagado de cafés y librerías, en sus calles se inspiraron Pessoa, Camöes o Saramago. No te pierdas la librería Bertrand (rúa Garrett, 73). Abierta en 1773, es la más antigua de Europa.
Medieval. Creerás estar en esta época caminando por el barrio de Alfama o por el de Santa Cruz, las zonas más antiguas. El primero es conocido por sus casas de fado y sus callejuelas estrechas, sinuosas y plagadas de escaleras.
Nubes. El punto más alto de las siete colinas entre las que se sitúa Lisboa es el castillo de San Jorge, que ofrece las mejores panorámicas de la ciudad. Pero también son un lujo para la vista los miradores de Graça y de Santa Luzia. En la foto, el barrio de Baixa visto desde el Elevador de Santa Justa.
Oceanario. Fue el más grande de Europa hasta que se construyó el de Valencia. Situado en el océano Atlántico, al edificio se accede por pasarelas. Adultos: 12 €; niños, 6 €. 
Puentes. Representan el espíritu moderno y vanguardista, sobre todo el del 25 de Abril, uno de los más imponentes del mundo, y el de Vasco de Gama, una obra de ingeniería que enorgullece a Portugal. Con sus 17 km (10 de ellos atraviesan el Tajo), es el más largo de Europa.
Queso. Existen varias denominaciones de origen. Sugerimos los cremosos Azeitäo y Serra da Estela, de fama internacional e intenso sabor; el Rabacal, más suave, o el Castelo Branco, perfecto para tomar como postre.
Rastro. La Feira da Ladra se celebra los martes y sábados en el Campo de Santa Clara. Encontrarás ropa, libros, cuadros, música y piezas curiosas del siglo XX. No dejes de regatear.
Siete colinas. Sobre ellas se asienta el centro histórico, como en Roma, y, al igual que sucede en ésta, son difíciles de encontrar. Por su gran altura, se convierten en miradores desde los que se puede contemplar la ciudad.
Tranvías. La mejor opción, junto con los funiculares y el emblemático Elevador de Santa Justa, para hacer frente a las empinadas calles. No te pierdas el trayecto del tranvía nº 28. 
Ulises. En la Torre de Ulises del castillo de San Jorge hay un original periscopio en una cámara oscura, desde el que se puede observar la ciudad en 360º. Entrada: 5 € .
Vino. Además de los de Oporto y del Douro, los blancos y alvarinhos son ricos y económicos. Puedes comprarlos en la Garrafeira Nacional, junto al Elevador de Santa Justa. Cerca de allí se pueden visitar algunas bodegas y hacer catas, como en la Quinta de Sant’Ana.
Xícara. Significa taza, y hay muchas cafeterías en las que merece la pena tomar una xícara de su sabroso café. Destaca A Brasileira (rúa Garrett, 120), en la que a menudo lo tomaba Pessoa. También es muy renombrado el Café Nicola, del siglo XVIII, con precios muy asequibles.
Yates, barcos, cruceros… Paseando por el río Tajo se puede descubrir otra Lisboa muy interesante. La compañía Transtejo ofrece varios recorridos.
Zona de copas. El Barrio Alto es el mejor sitio para bailar de noche. La reconvertida zona industrial de Doca de Santo Amaro y la Doca de Alcantara tienen ambiente hasta la madrugada: son muy recomendables Bica do Sapato (para comenzar la noche) y la discoteca Lux, ambas propiedad del actor John Malkovich.
CÓMO LLEGAR:
TAP vuela desde diferentes ciudades españolas a partir de 75 €.
DÓNDE DORMIR:
-Hotel Gat Rossio. Rua do Jardim do Regedor, 27-35. Buena calidad a buen precio. Desde
80 €/habitación doble.
-HF Fénix Garden. Uno de los mejores tres estrellas en el corazón de la ciudad, junto a la estación de metro Marquês de Pombal. Doble, desde 85 €, con desayuno.
MÁS INFO:
www.visitlisboa.com.
www.marlinboattours.com. Realiza recorridos turísticos por la zona monumental. Una hora, 15 €, para 9 personas máximo.

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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