Cocina

Memorias de un chef que dio de comer a cinco presidentes

El matrimonio Aznar-Botella durante una recepción en la Moncloa con Bill Clinton y su esposa
Durante 32 años Julio González de Buitrago estuvo al frente de la cocina de La Moncloa. Este cocinero ha dado de comer a cinco presidentes del Gobierno y sus familias. Tres años después de jubilarse, González publica «La cocina de La Moncloa» (Espasa), un libro que recoge innumerables anécdotas de los mandatarios españoles. En él afirma que en aquellos años se sintió «el cocinero más importante del mundo».
González llegó a La Moncloa en 1979, siendo presidente del GobiernoAdolfo Suárez. De esa época recuerda que Amparo Illana nunca se interesó por la cocina pero sí que se preocupaba «por la alimentación de su marido». A ella «le encantaban los langostinos» y a Suárez, «los garbanzos fritos que sobraban del cocido». Asímismo, el matrimonio siempre felicitaba a González por su tarta de yema. Durante una visita de Don Juan Carlos, el Rey le pidió «un par de huevos fritos con patatas y vino peleón». González regresó a la cocina «espantado» porque no sabía si en las bodegas encontraría ese tipo de vino.
Pilar Ibáñez-Martín, esposa de Leopoldo Calvo-Sotelo, llegó a alcanzar con el cocinero «una complicidad que perdura a día de hoy». Siempre recuerdan cómo François Miterrand, disfrutó tanto de su ajoblanco con uvas moscatel que le pidió la receta.
La llegada de Felipe González a La Moncloa supuso «un antes y un después» en la cocina. Ninguno de sus antecesores había bajado a esa dependencia pero él «era un gran aficionado a los fogones».
Con José María Aznar las neveras se llenaron de helado de café de Häagen-Dazs, que consumía para comer y cenar. Sus dos mandatos«marcaron la época de mayor esplendor» de la casa. A toda la familia le apasionaban los «percebes y las centollas».
Muy diferentes fueron los «caprichos» José Luis Rodríguez Zapatero. La familia llevaba una dieta supervisada por Sonsoles Espinosa. «Para el almuerzo, verduras, y para la cena, ensaladas». Zapatero se saltaba las normas cuando su mujer no estaba. «Le encantaban las almendras fritas» y se esforzó en intentar diferenciar distintos vinos. Cuando abandonaron el Palacio, Espinosa le pidió al chef un cuaderno con las recetas preferidas de la familia.

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *