Deco

El armario perfecto sí existe

Ya tiene un fondo de armario como dictan los cánones, independientemente de cuál sea su tamaño. Ha claudicado a tendencias como el slim-fi (prendas de corte estrecho), aun a riesgo de que le tildaran de hipster. Y hasta posee unos cuantos trajes de tipo distinguido. ¿Es con eso es suficiente para poder vestir bien en cada ocasión? Nada más lejos. Le queda una asignatura pendiente tan importante como todo lo anterior: un armario bien organizado con el que vestirse sea algo rápido y eficaz.
Abrir el armario de un hombre puede brindarnos toda una serie de emociones fuertes. Prendas mezcladas sin orden ni concierto hacen que visualizar lo que tenemos sea prácticamente imposible. Y esto no es un mero problema de organización, repercute directamente en cómo nos vestimos. «Es importante tener en cuenta que las prendas ocultas no las vamos a usar. Por eso muchas veces siempre acabamos poniéndonos lo mismo: porque no vemos la ropa», explica el estilista de famosos Víctor Blanco.

Prendas, colores y viceversa

La manera más eficaz de organizar un armario pasa por pensar en que este es una especie de bufet del que cogeremos algo cada día: todo debe estar a la vista y al alcance de la mano. Esto no significa que deba usted convertise en un improvisado escaparatista y crear estilismos, con todo detalle, en las perchas. Lo mejor es agrupar las prendas por tipo: pantalones, jerseys, americanas… Y, dentro de cada grupo, en función de su color: desde el blanco hasta al más oscuro; al final, los estampados. “Con lo que va en perchas hay que ir de abajo arriba: primero pantalones, luego camisas y después americanas y abrigos. Si tiene el mismo orden que con el que te vistes acabarás antes, no solo al vestirte, si no también al guardar la ropa”, señala Lander Villar, director creativo de la marca de moda masculinaMaguen. 11:11. Siguiendo esta lógica espacial, los calcetines y la ropa interior pueden ir en cajones inferiores y los zapatos en baldas bajas, organizados en formales e informales. Como no hay nada más triste que un hombre con unos zapatos mal cuidados, hágase un favor y guarde en fundas los de traje para evitar rozaduras.

Un armario ordenado repercute en nuestro estilo. Muchas veces vestimos siempre igual por no ver bien toda la ropa que hay almacenada en él
Ahora, el profundo dilema: ¿qué colgar y qué doblar? Camisas, pantalones de traje y americanas es mejor que vayan perchados, y así se ahorrará el planchado. «Los trajes y las camisas sólo se pueden doblar si vas a volar para meterlo en la maleta. Si no, siempre en perchas gruesas, para que no se resientan los hombros», resalta el Víctor Blanco. Destierre las humildes perchas de metal fino e invierta en estos aparatejos (en Ikea las hay a muy buen precio). Escogiéndolas todas del mismo tamaño y forma, dará unidad visual al armario. No necesitará perchas para las camisetas, que van mejor dobladas en baldas, al igual que los vaqueros. Los jerseys de lana o de punto, así como la ropa elástica, sencillamente no pueden ir perchados, porque se deformarían por su propio peso.
Por su tamaño, los accesorios son materia sensible: corren el riesgo de acabar perdidos en el fondo del armario (ya sabe aquello de: «¿Pero este cinturón es mío?»). Fulares, pañuelos y correas están mejor colgados en perchas, aunque en un cajón pueden clasificarse y doblarse. “Las corbatas van mejor en perchas específicas para ellas. Aconsejo colocarlas por tipo: las de seda a un lado, las de lana a otro, las de ocasiones especiales…”, cuenta Lander Villar. Los gemelos y relojes pueden ir en la mesita de noche.

Tú, ella… y vuestro armario

Si, como tantos españoles, comparte armario con su pareja, es inevitable que la cosa se complique. Una mala organización es susceptible de provocar toda una guerra de los Rose sin marcha atrás. ¿Lo ideal? Separación de bienes: el 50% del espacio para cada uno. Si se llevan muy bien (pero muy, muy bien), se pueden permitir el lujo de compartir alguna balda.
No sueñe con tener más espacio que ella. En todo caso, tradicionalmente sucede al revés, pues las chicas llevan años de ventaja en el consumo de moda. Y si la cosa se complica, siga las indicaciones de Víctor Blanco (aunque quizá tenga que invertir antes en lotería): «Ahorre, hágase un vestidor propio y decórelo de forma personal y masculina. Quizá logre ahuyentar a su chica».

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *