Moda

Alessandro, heredero del imperio Benetton

Alessandro Benetton practicando surf, uno de sus deportes favoritos, hace unos meses.

Poco aficionado a las fiestas, asegura que su familia y el deporte son sus verdaderas pasiones. Actualmente está al cargo de la compañía familiar, de la que huyó durante décadas, y que el pasado año facturó más de 2.000 millones de euros. Lleva a sus tres hijos a un colegio público «para que se espabilen, como hice yo», asegura.
Alessandro en una de las tiendas de la firma que preside.
Alessandro en una de las tiendas de la firma que preside.
Tiene 48 años, una fortuna que se calcula en cientos de millones de euros, una esposa campeona olímpica de esquí, tres hijos que van a un colegio público, un blogdonde lo mismo diserta sobre economía que sobre filosofía o deporte, una casa firmada por el arquitecto japonés Tadao Ando, una importante coleccion de arte contemporáneo, 10.000empleados a su cargo en todo el mundo, el timón de una firma que en 2011 facturó más de 2.000 millones de euros y un apellido que durante años ha llevado como una carga insoportable.
Alessandro Benetton(con acento en la o, como sepronuncia en Italia) tiene solo un año más que la firma que lleva por nombre su apellido fundada en 1965 por su padre y sus tres tíos paternos, y famosa en todo el mundo por sus jerseis de colorines y sus polémicas campañas de publicidad. Su vida ha corrido siempre en paralelo a la de la compañía familiar. Tal vez por eso, durante muchos años ha sentido la necesidad imperiosa de marcar distancias con el grupo Benetton y buscarse la vida por su cuenta.
Así que después de salir de Harvard con un máster en Administración de Empresas debajo del brazo, con 28 añitos montó su propia compañía de inversiones:“ En aquellos momentos me pesaba el apellido, y por eso me negué a trabajar en la empresa de mi familia”, recuerda ahora desde el sillón de presidencia del grupo Benetton, cargo que ocupa desde abril. “Me marqué como objetivo ganar suficiente dinero como para poder retirarme a los 40 años y dedicarme al surf y a esquiar. Cuando los cumplí podría haberlo hecho porque por mi cuenta había logrado hacer un montón de dinero”, asegura.
Para que se haga una idea: 21 Investimenti, su compañía de inversiones, está valorada en un billón de euros en activos… Pero entonces su familia le pidió que se hiciera cargo del grupo Benetton, que comenzaba a resentirse fuertemente de la competencia de firmas como Zara o H&M. “Para mí fue una sorpresa, porque yo había decidido no entrar en el negocio familiar. Pero tampoco me podía negar: al fin y al cabo, esta empresa lleva mi nombre. Así que aquí estoy. Sin duda el futuro es complicado, difícil, con una competencia muy dura, así que es una enorme responsabilidad hacerme cargo de Benetton. Pero al igual que un deportista ama la competición, um empresario ama los retos», afirma.
El esquí es otra de sus mayores aficiones deportivas.
El esquí es otra de sus mayores aficiones deportivas.
LA ESTELA DE SU PADRE. Alessandro Bennetton admite que si ha demostrado que es capaz de hacer carrera por su cuenta y riesgo, sin explorar el ser hijo de ha sido, en gran medida, gracias a su padre, el mítico Luciano Benetton. “A él le agradezco que haya corrido riesgos conmigo desde que yo era pequeño”, confiesa. Aún recuerda, por ejemplo, cuando, con 13 años y sin saber inglés, su padre lo mandó a Inglaterra completamente solo, armado únicamente con un papelito con las instrucciones que debía seguir: al bajar del avión coger un tren, llegar a Victoria Station y tomar allí otro tren hacia Cornualles. “Según los estándares actuales, hay a quien le podría parecer incluso una crueldad. Pero en realidad sirvió para que aprendiera a bandearme solo.
Cuando luego, años después, le dije a mi padre que iba a montar mi propia compañía de inversiones, no se preocupó por entender qué era aquello y si era arriesgado o no. Me dijo simplemente: ‘Adelante’. Creo que el hecho de que no se haya entrometido nunca en mis asuntos, el que no haya tratado jamás de evitarme riegos, ha sido fundamental para mi desarrollo. Me ha hecho ser independiente”, señala, rematando la frase con su sonrisa desarmante. Esa misma receta es la que ahora él está tratando de aplicar con Agenese(12años), Tobias(10 años) y Luce(6), los tres hijos que tiene con la excampeona olímpica de esquí alpino Deborah Compagnoni.
La pareja se conoció en 1997 en el barco de unos amigos y, desde entonces, son inseparables. De hecho, el presidente de Benetton lleva una vida bastante tranquila concentrada en el trabajo, la familia y el deporte. Apenas hace vida social y no suele acudir a fiestas.
–Usted, que es millonario, lleva a sus hijos a una escuela pública. ¿Por qué?
–Para que espabilen, como hice yo. He llegado a ser empresario no porque mi familia tenga una empresa sino por mis propios méritos. Creo que esta actitud parte del darte cuenta desde pequeño de que eres como cualquier hijo de vecino y que en la vida debes demostrar lo que vales.
El primer escalón de todo eso es la infancia, y por eso llevo a mis hijos a un colegio público, para que crezcan en la normalidad. Luego, si el día de mañana alguno de ellos tiene un talento especial para hacer algo, tendrá que demostrarlo.
Alessandro Benetton leyendo la prensa en un viaje profesional.
Alessandro Benetton leyendo la prensa en un viaje profesional.
EN LA POLÉMICA. Lo que le toca ahora demostrar a él es que es capaz de enderezar un grupo con casi medio siglo de historia a sus espaldas y que en los últimos años ha cedido terreno ante otras firmas mas jóvenes y agresivas. En ese sentido, Alessandro está apostado por una vuelta (renovada) a las raíces de la firma que se hizo famosa en todo el mundo gracias a las polémicas campañas de publicidad dirigidas por Oliviero Toscani.
Una de ellas (la del año 2000)–mostraba fotos reales de 28 condenados a la pena capital en el corredor de la muerte– desató en Estados Unidos tal bullicio que desencadenó un boicot contra Benetton y le pasó a la compañía una factura muy abultada. Fue una experiencia tan traumática que, desde entonces, Benetton ha apostado insistentemente por campañas edulcoradas, repletas de colores pero sin ningún tipo demensaje social o político. Ahora vuelve a las andadas. Solo hay que ver la última, quemostraba al Papa besándose enlaboca con un imán egipcio y que provocó una controversia tan fuerte que la firma se vio obligada a retirarla el mismo día de su presentación, ante la amenaza del Vaticano de acudir a los tribunales: “Sabíamos que el tema podía levantar ampollas, pero la reacción del Vaticano me dejó perplejo.
Nos habíamos planteado posibles reacciones relacionadas con el mundo de la religión, pero no por cuestiones homosexuales. Y la reacción del Vaticano fue porque la campaña hacía referencia a un beso homosexual. Cuando nos dimos cuenta de que, sin ser concientes de ello, habíamos tocado un nervio sensible, decidimos ser coherentes con la campaña, que era contra el odio, y retirar la imagen. Pero la retirada no era una admisión de culpa, sino un modo de lamentar el haber ofendido a alguien”, explica. – Su padre se fotografió desnudo a los 58 años para una campaña publicitaria de Benetton.
Alessandro luce uno de los característicos y coloridos polos de la firma que preside.
Alessandro luce uno de los característicos y coloridos polos de la firma que preside.
¿Usted también estaría dispuesto a hacerlo? –Dentro de 10años, cuando tenga la edad que él tenía, lo que espero es estar en tan buena forma física como estaba él para poder permitírmelo. La actual campaña también es polémica. Lleva por título “Desempleado del año” y muestra a varios jovenes parados. “Estamos en una fase en la que todos los países desarrollados, en particular los de Europa, han dejado de funcionar. Corremos el riesgo de que salte por los aires el pacto generacional según el cual los padres deben dejar a los hijos una situación un poco mejor de la que ellos heredaron.
Pero corremos el riesgo de que los que tracen su futuro sean los que ya se han equivocado una vez. El trabajo no es una cuestión de supervivencia sino de dignidad, de tener un papel en el mundo, de sentirse parte integrante de la sociedad. Los jóvenes tienen el derecho de ser escuchados y el deber de hacerse escuchar”, defiende. El presidente de Benetton sospecha que tal vez lo que estamos viviendo, lo que llamamos crisis, es en realidad un cambio profundo. “No podemos pensar que el futuro es seguir consumiendo cada vez más. Debemos volver al humanismo y que el hombre vuelva a estar en el centro. No solo como consumidor, sino como individuo”, proclama, dando rienda suelta a su vertiente más filosófica.

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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