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Le smoking

© Looks de primavera-verano 2013 de Lanvin, Balenciaga, Balmain y Narciso Rodriguez

La prenda que inventó YSL allá por 1966 se reinventa –y se adora– la próxima primEl público que llenaba el taller del número 5 de la avenida Marceau aquella tarde de 1966 enmudeció. Cuando Yves Saint Laurent, que presentaba aquel día su colección de costura, sacó su primera versión del tuxedo para mujer –le smoking, lo bautizó él–, la prensa y los clientes no acabaron de entender la pirueta estética del diseñador. La crítica del New York Times, Gloria Emerson, describió su colección como «anticuada» y dijo que “era complicado que Saint Laurent convenciera al mundo de que está conectado con los más jóvenes”.

Sin embargo, algunas de las mujeres más carismáticas de la época –Bianca Jagger,Catherine Deneuve, Liza Minelli y Lauren Bacall, entre otras– se enamoraron de laimplícita sensualidad del esmoquin. Pero la adaptación del esmoquin al universo femenino no fue sencilla en los 60´s y 70´s. Hay una anécdota mítica de aquella época:Nan Kempnersocialité e íntima de YSL, fue al restaurante Le Côte Basque, en Manhattan, con un tuxedo y le impidieron la entrada. Así que ella se quitó los pantalones, dejando la chaqueta como un escuetísimo mini vestido.
Pero, a pesar de las reticencias iniciales, aquella colección fue un punto de inflexión y resultaría ser la perfecta metáfora del estilo del diseñador y de la estética que él amaba: la libertad y la independencia con mayúsculas. Desde entonces el creador nunca dejaría de reinterpretar el tuxedo en todas las colecciones que vinieron después. “Para una mujer, el esmoquin es una prenda indispensable con la que sentirse bien siempre porque tiene que ver con el estilo, no con la moda”, afirmaba Saint Laurent, “la moda viene y va, pero es estilo es para siempre”. 
47 años después de aquella revolución, el esmoquin sigue siendo una de las prendas más versátiles y libres del armario femenino. Para la próxima temporada primavera-verano 2013, son muchas las firmas que han querido rendir homenaje a la prenda en sus colecciones, con interpretaciones completamente osadas y sexies –la misma filosofía que impulsó a Saint Laurent a adaptarlos a la mujer entonces–. Desde el propio Slimane, que lo declina en clave groupie para la propia firma Saint Laurent, hasta las visiones minimal de Narciso Rodríguez, pasando por el dandismo más recalcitrante de Hermès o deStella McCartney. El tuxedo está en todas ellas.  

Es el encanto de la etiqueta, el influjo del black tie, el deseo de recuperar un cierto placer en el acto en sí mismo de arreglarse. Todo eso es le smoking.


Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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