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Carolina Herrera, imparable

Con motivo de la inauguración de su segunda tienda en Londres y de una nueva colección de camisas blancas, su prenda fetiche, la diseñadora venezolana habló con YO DONA.

Es un torbellino de mujer que lleva sin parar desde que empezara en la moda en los inicios de los 80, empujada por sus amigos Andy Warhol y Bianca Jagger. Carolina Herrera vive en Nueva York, pero viaja a Londres y España con cierta asiduidad por motivos de agenda laboral y apetencias personales, ya que su hija Carolina vive aquí. Ahora, acaba de presentar su segunda tienda CH en la capital británica junto a su última idea: una colección de su prenda emblemática, la blusa blanca convertida en objeto de deseo.
Cuéntanos a qué has venido a Londres…
Estamos para inaugurar oficialmente la segunda tienda CH en la ciudad, en una zona tan buena como ésta de Brompton Crosse y además, mostrar nuestra primera colección de camisas blancas.
¿Cómo es eso?.
Es una idea que nació de mi hija Carolina. Como bien sabes, la blusa blanca es una prenda innata que me acompaña desde que me metí en este mundo de la moda en el año 81; siempre salgo en los desfiles a saludar con una camisa blanca; es una pieza de armario que me encanta.
Desde luego, se ha convertido en uno de tus iconos.
Sin lugar a dudas. Por eso, hemos decidido lanzar una pequeña colección de camisas blancas que serán -son de hecho- un fantástico fondo de armario. Cada temporada incluiremos una nueva, así pueden ser también prendas de coleccionista. Para mí la camisa blanca es una prenda tan humilde como versátil: la puedes llevar de día, de tarde y de noche, combina con todo y se enriquece con los complementos. No hay mejor ropa aliada para la mujer que ésta.
Supongo que las vas a presentar de muchas clases,¿no?.
Por supuesto y van a gustar mucho. Las habrá sencillas como las que llevo yo, más sofisticadas de seda, caladas, con troquelados, lazadas en el pecho, pespuntes en las mangas… Un sinfín de estilos para la mujer actual que trabaja, viaja y necesita algo fácil y funcional para moverse por la ciudad.
Se ve que disfrutas contándolo, Carolina…
Claro, es que a mí me atrapó la moda hace tres décadas. Es mi vida y mi pasión y tengo la suerte de trabajar en lo que me gusta. En Nueva York estoy ya preparando el desfile de febrero, pero aquí estamos en una tienda CH. Nunca me pude imaginar, cuando lo ideamos hace 11 años, el éxito que iba a llegar a tener esta línea de ropa, complementos y fragancias que tantas alegrías me está dando. Hemos hecho un estilo de vida con CH, tanto para el hombre como para la mujer, algo que todos aspiramos, pero que no todos consiguen.
Háblanos de la relación que tienes con tu hija Carolina.
Es una relación ciertamente especial que trasciende más allá de lo que pueden pensar y sentir una madre y una hija. En nuestro caso hay una empatía y un conocimiento muy profundo. Piensa que trabaja conmigo en muchos aspectos: me aconseja en la moda por su juventud y saber estar y ella es la responsable de las fragancias de Carolina Herrera, además de hacer una colección de ropa infantil. Cuando vamos a una reunión de negocios ella se dirige a mí diciendo «mira mami, esto yo creo que…»; la gente se nos queda mirando y nosotras a lo nuestro (risas)
¿Has pensado en que algún día tus hijas te sucedan?
Bueno, bueno, eso habría que preguntárselo a ellas; de las cuatro hijas, dos trabajan conmigo, pero no lo sé; yo tengo cuerda para rato.
A esta fiesta londinense han venido muchas chicas jóvenes vestidas con tu look: camisa blanca y pantalón negro…
Es una manera de agradar supongo. Son invitadas amigas, chicas jóvenes como Amber, la hija de Jasmin Le Bon, o Julia, la de Caroline Roitfield y Olivia Palermo, una de las ‘it girls’ del 

Periodista.Editora marcelafittipaldi.com.ar. Ex-editora Revista Claudia, Revista Telva España, Diario La Nación, Diario Perfil y revistas femeninas de la editorial

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